Leyendas populares: "Pancho Sierra"
El monumento a Pancho Sierra se encuentra en la localidad de Salto argentino al norte de la provincia de Buenos aires.
La ciudad se encuentra a 188 km de la Ciudad de Buenos Aires (por RN7) y a 54 km de Pergamino (por RP32), siendo sus principales vías de comunicación las rutas provinciales: 31, 32 y 191 e indirectamente las rutas nacionales 7 y 8.
El nombre proviene de un salto de agua producido por uno de los numerosos afloramientos rocosos que posee el Río Salto. El mismo río, al unirse con el Arroyo Saladillo Chico e ingresar en el partido de Arrecifes, adopta el nombre de Río Arrecifes.
Reseña histórica:
Francisco, (Pancho) Sierra, también conocido como el “Gaucho Santo de Pergamino”. Un verdadero misterio de fe, nacido en 1831 en Villa de Salto, provincia de Buenos Aires. Procedente de una familia rica pero con una gran historia detrás de tanta dedicación para quienes más lo necesitaban, de hecho fue considerado hasta un médium con poderes excepcionales.
Nació en la estancia llamada “San Francisco” de su padre, cursó sus estudios primarios en Salto continuando el secundario en la ciudad de Buenos Aires donde concluyó en el colegio “Rufino Sánchez”. Luego ingreso a la Facultad de Medicina. Su adolescencia transcurrió entre Salto y Capital Federal.
Durante este período llevaba una vida normal hasta que sucedió algo que lo afecto cambiando así el rumbo de su vida. El dolor provocado por un desengaño amoroso lo llevó aislarse del mundo que lo rodeaba.
Según cuenta la leyenda popular, Pancho se enamoró de su prima hermana. Por lo que contó con la oposición de sus padres, quienes interrumpieron el romance. Inmediatamente abandona sus estudios y se aísla en una estancia alejado de la familia, allí se produce un cambió en él donde se vuelve más reflexivo y compasivo con los demás. De hecho, a partir de este desengaño dedicó su vida entera a ayudar a otros de distintas maneras.
Ciertamente se convirtió en un personaje de culto donde numerosas personas acudían por su ayuda y contención.
Su apariencia humilde como hombre de campo recibía en la estancia “El Porvenir” (ubicada en Carabelas, entre Rojas y Pergamino), donde se instaló durante algún tiempo, a miles de creyentes.
Su popularidad traspasó los limites del país. Es así que llegaban peregrinos a la estancia familiar a la que regresara años después, todos con sus carencias, enfermedades, de todas las clases sociales sin distinción, multiplicándose con el paso del tiempo.
No cobraba ni un centavo por la ayuda que prestaba, cuentan que siempre su remedio era el agua fría que algunas veces era acompañada con la imposición de manos. Como también se decía los milagros efectuados fue por el agua magnetizada o por la sugestión más que por la imposición de manos, como sanador ya conocía a la gente que llegaba muy enferma y entregada a sus dolencias.
Cuentan los centenares de casos ocurridos de sanación y milagros de la mano de Pancho Sierra, por eso se ganó la fama del “Médico milagroso”. Esto explica tanta devoción popular y el porque después de tantos años de su muerte, todavía sigue recibiendo visitas y culto en el cementerio donde descansan sus restos, precisamente en localidad de Salto.
Según afirman sus devotos seguidores, la prueba de su poder se debe a que pudiendo vivir cómodamente de toda su fortuna optó por dar atención a los enfermos y ayudarlos económicamente.
Fuente: Versión popular, (vecinos de Salto)
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