Paraje Arroyo de Luna
Una de tantas visitas por pueblos y parajes que merecen la pena guardar con su pedacito de historia.
Hola cazadores!
Después de algún descanso y múltiples tareas, me pongo nuevamente al día con mis publicaciones.
Para quienes gustan descubrir o conocer lugares escondidos en nuestra provincia, aquí les dejo una nueva historia.
Arroyo de Luna es un paraje rural que marca el límite entre los partidos de Arrecifes y Capitán Sarmiento. Cruzado por un arroyo que lleva el mismo nombre a la altura del paraje; y se divide en dos brazos, uno dentro de Arrecifes y otro en Capitán Sarmiento.
En la actualidad solo una familia vive en el lugar. En el año 2004 cerró un almacén que fuera el último negocio en funcionar en el lugar. A pocos metros de la casa familiar, aún se erige en pié el salón del club “Arroyo de Luna” en el que antiguamente se realizaban los populares bailes de campo, donde la gente llegaba en sulky, jardineras, de a caballo, proveniente de los distintos campos aledaños y hasta de otros pueblos de la zona. Todavía podemos observar en medio del silencio un buen escenario y vestuario para los artistas y orquestas que tocaban en vivo, juegos para realizar sorteos, un cómodo guardarropas, las ventanillas de la boletería, las barras de la cocina, algunas sillas y espejos que seguramente, como los pisos de madera, alberga muchas historias de amor gestado en aquellos parajes donde los lugareños socializan y se juntaban una vez al mes a disfrutar un franco laboral.
A unos doscientos metros, encontramos un centenario e inmenso almacén de ramos generales, al que el tiempo y la naturaleza lo han ido absorbiendo en medio de un silencioso olvido que cuenta con un descanso paradisíaco para pescadores o buscadores de imágenes de cuentos donde la luz se filtra en medio de la arboleda fundiendo colores, olores y sonidos escondidos en un pequeño brazo del arroyo que encanta con pequeñas cascadas en medio de raíces y vegetación.. Más adelante una escuela, también sumergida en el olvido guardando hermosos recuerdos de infancias que hoy habitan nuestro querido pueblo.
A pocos metros del paraje cruza el Camino Real, un camino que abrieron los españoles en épocas de conquista para ir desde Buenos Aires al Alto Perú. Más adelante un puente de adoquines que data de más de 300 años.
Mi infinito agradecimiento a Hortencia Lamperti y su familia quienes me relataron historias del lugar y compartieron conmigo una hermosa tarde para guardar y compartir con ustedes.
Hasta la próxima blogueros!😉
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